El buen humor es autoestima
Si usamos el sentido del humor incluso para reírnos de la discrepancia entre nuestras propias pretensiones y la realidad, dejaremos de resistirnos o defendernos. Es entonces cuando aceptamos las situaciones y a los demás, esparciendo aprecio. Esta emoción expande el pecho y ablanda a las personas, haciéndoles sentirse satisfechas y radiantes.
Nuestro buen
humor funciona como un ambientador del aire, esparce la esencia o el mensaje de
que es fácil la aceptación a nuestro alrededor. Nadie puede dar aprecio si
carece de él y apreciarnos a nosotros mismos requiere la atención y el
reconocimiento de nuestros propios sentimientos; es decir un contacto con
nuestro interior en la vivencia presente, pues en su observación tenemos la
verdadera paz o plenitud. La aceptación activa de lo que notamos ahora es
aprecio a nosotros mismos y nos dignifica.
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